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¿Con qué frecuencia debo cambiar el alginato de una herida?

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De manera general, no hay una frecuencia ideal de cambio, ni un límite de tiempo que se pueda mantener el mismo alginato en el lecho de la herida. Sin embargo, mi experiencia me dice que, en heridas agudas superficiales no complicadas o en úlceras que están evolucionando bien, se cumple el principio «MENOS ES MÁS»:) 

En este post voy a resolver las dudas que os suelen surgir cuando me escucháis hablar del espaciamiento máximo de los cambios de alginato;)

– ¿Por qué es interesante cambiar lo menos posible el alginato en heridas agudas superficiales no complicadas o en úlceras que están evolucionando bien?

Por estos 3 motivos:

  1. Cada cura baja la temperatura de la herida, frena la mitosis celular y puede desencadenar dolor.
  2. El alginato actúa como una matriz en la que se está produciendo la difusión de factores de crecimiento y la migración de queratinocitos y fibroblastos. Al cambiar el alginato, eliminamos de la herida estas proteínas y células que están promoviendo la cicatrización.
  3. Al retirar el alginato se puede producir «arrancamiento» del tejido neoformado.

– ¿Cómo puedo saber que la herida va bien sin necesidad de levantar el apósito?

La presencia de estos signos y síntomas es indicativa de una buena evolución de la herida, sin necesidad de verla:

  • Menos dolor
  • Menos edema
  • Menos exudado
  • Alginato seco y adherido
  • Mejor sueño
  • Más alegría
  • Pierna «arrugada»
  • Pierna menos inflamada

Cuando una herida presenta signos de buena evolución, mejor no tocar el apósito y sólo cambiar el vendaje.

– ¿En qué consiste mi «REGLA DE TRES semanas sin levantar el alginato»?

Como comenté en el post «Mi REGLA DE TRES semanas sin levantar el alginato» consiste en mantener el alginato en una herida aguda superficial no complicada durante 3 semanas. Esta estrategia la utilizamos a diario en la zona donante de injerto y en las laceraciones cutáneas. El alginato actúa como un costra similar a la fisiológica que promueve la coagulación de la herida y la protege, sin necesidad de tocar la herida, hasta su epitelización completa en aproximadamente 21 días (que es el tiempo que tarda en epitelizar una herida aguda no complicada).

Por tanto, esta regla nos permite mantener el mismo apósito desde el día de la aparición de la herida hasta su epitelización completa.

– ¿Qué hago tras levantar el alginato de una herida que va bien?

Sigo estos 3 pasos:

  1. Retiro con gasa los restos de exudado en la piel perilesional y la cubro con pasta grasa de óxido de zinc.
  2. Aplico loción de óxido de zinc en el lecho.
  3. Decido si reutilizo el mismo alginato o pongo uno nuevo. Mi decisión dependerá de lo manchado y humedecido que esté el alginato (lo mantendré si está seco y poco/moderadamente manchado).

Y, por supuesto, ¡no limpio ni toco el lecho de la herida!

– ¿Un ejemplo de úlcera de pierna en la que se ha mantenido el alginato varias semanas?

Espero que la lectura de este post os anime a espaciar más las curas y a «reutilizar el alginato». Recuerda que sumarte a esta estrategia sostenible y ecorresponsable, es bueno para la herida, para la persona y para el planeta.

Lesiones en los talones asociadas a la dependencia

En personas con movilidad reducida es frecuente el desarrollo de lesiones en los talones secundarias esencialmente a la presión y/o fricción. Además, estas lesiones pueden complicarse en presencia de enfermedad arterial periférica.

A pesar de que lo ideal es la prevención del desarrollo de estas lesiones con dispositivos de descarga del talón, la experiencia nos dice que esto no siempre es sencillo, especialmente en paciente con demencia o aquellos que no toleran el uso de los diferentes tipos de taloneras.

Con respecto al tratamiento de estas lesiones, a pesar de ser muy frecuentes, no hay consenso sobre cuál debería ser la estrategia de elección. A continuación comparto las recomendaciones que doy a mis pacientes para 3 tipos de lesiones muy frecuentes, que se pueden enmarcar en la máxima «menos es más» (siempre asociando una estrategia de alivio de la fricción y presión:)

1.Placa necrótica seca, adherida, no fluctuante

De esta situación ya hablamos en el post «No desbrides placas necróticas secas en talones». 

Vamos a recordar por qué se recomienda mantener esas placas secas y no desbridarlas. Porque si hay opciones de cicatrización la escara actúa como una costra, promoviendo la cicatrización subyacente. En el caso contrario, tiene efecto protector contra la infección. Además, en ambos casos, esta estrategia va a evitarle al paciente las curas para cambiar el apósito.

2.Ampolla por fricción sin tensión ni fluctuación

Si no tocamos la ampolla, se secará y formará una costra que se desprenderá al conseguir la reepitelización subyacente:)

3. Ampolla por fricción a tensión o fluctuante

Mi recomendación es realizar una pequeña incisión longitudinal en la ampolla y mantener el techo de la misma. La aplicación de loción de óxido de zinc va a aportar un efecto antiinflamatorio, antimicrobiano y promotor de la cicatrización a la costra formada por el alginato. 

Recuerda que la loción de loción de óxido de zinc es astringente, es decir, modifica la estructura de proteínas cutáneas haciendo que precipiten y, por tanto, produce una contracción tisular y una reducción de la filtración de exudado.

Atrofia blanca ulcerada e injertos en sello

El título ampliado de este post sería: «Los injertos en sello son la salvación para la atrofia blanca ulcerada»;) He decidido escribir sobre este tema por un caso que acabo de publicar, con mi amiga Ana Orbea.

En su día le dediqué una entrada a la atrofia blanca asociada a la insuficiencia venosa (ver post «Atrofia blanca y acroangiodermatitis: dos alteraciones cutáneas asociadas a la insuficiencia venosa crónica»), así que aquí sólo haremos un pequeño recordatorio de las claves para entenderla y reconocerla.

La atrofia blanca (o “atrophie blanche”, que es el término francés con uso muy extendido) es la manera de denominar la presencia de placas atróficas estrelladas, de color blanco porcelana, con puntos rojos en su interior (vasos dilatados), que pueden aparecer en la pierna y/o el pie, y se corresponden histológicamente con áreas de esclerosis dérmica y atrofia epidérmica. Aparece en diferentes patologías que producen una alteración de la microcirculación con infartos tisulares y consiguientes áreas cicatriciales. Es decir, es un término que debe usarse para describir una alteración cutánea de aspecto cicatricial, que no es patognomónica de ninguna patología. Sin embargo, la causa más frecuente de atrofia blanca es la insuficiencia venosa crónica. De hecho, se enmarca en el estadio C4b de la clasificación CEAP (ver post «Corona flebectásica: signo de insuficiencia venosa crónica avanzada«)

Si se desarrollan úlceras en estas placas, suelen ser muy dolorosas y su tendencia a la cicatrización será menor que otras heridas en piernas con insuficiencia venosa.

Es típico que se trate de heridas superficiales, con fondo blanquecino-amarillento esclerosado, salpicado de zonas muy vascularizadas puntiformes.

El tratamiento de la atrofia blanca ulcerada se basará en el control de la hipertensión venosa, con medidas antiedema, terapia compresiva y, si es posible, tratamiento endovenoso (escleroterapia o técnicas de ablación térmica). Sin embargo, dado que son heridas que se producen en áreas «cicatriciales», la cobertura con injertos en sello es, en mi experiencia, de elección para obtener una rápida reducción del dolor y aceleración de la epitelización.

Alguno os estaréis preguntando si los injertos en sello también serían beneficiosos en atrofia blanca ulcera secundaria a otras patologías, como la vasculopatía livedoide… ¡Por supuesto!

Para saber más sobre la vasculopatía livedoide ver post, «Atrofia blanca y acroangiodermatitis: dos alteraciones cutáneas asociadas a la insuficiencia venosa crónica»:)

Diabetes y heridas agudas

La diabetes mellitus es un reconocido factor de riesgo para la cronificación de heridas en la  región distal de las extremidades, esencialmente debido a complicaciones como la neuropatía y arteriopatía.

Sin embargo, existe la creencia generalizada de que cualquier herida va a cicatrizar peor. De hecho, muchos pacientes diabéticos temen un retraso en la cicatrización de la zona donante cuando se les propone una cobertura de su úlcera con injertos. ¿Realmente esto es así? ¿El simple hecho de tener diabetes retrasa la cicatrización de cualquier herida?

Te adelanto que la respuesta es: ¡NO! Esa es una de las conclusiones de esta revisión que se acaba de publicar:

Este trabajo es muy interesante porque nos ayuda a entender las particularidades de la cicatrización en las personas con diabetes y nos resuelve algunas preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez:

¿Qué cambios cutáneos puede producir la diabetes?

La mayoría de lo que sabemos sobre los cambios que puede producir la diabetes en la estructura y la composición molecular de la piel son datos obtenidos a partir de modelos animales. Según los estudios realizados, entre los cambios que podrían aparecer en la piel de las personas con diabetes, debido a la hiperglucemia, se encuentran:

  • Disminución de la migración y proliferación de los queratinocitos.
  • Inhibición de la proliferación y la migración de los fibroblastos, junto con aceleración de su senescencia y aumento de la apoptosis.
  • Glicación no enzimática de las fibras de colágeno, que aumenta su reticulación y provoca una disminución de su flexibilidad y solubilidad, con una consiguiente disminución de la elasticidad cutánea.
  • Alteración del flujo microcirculatorio debido a la angiopatía, estrechamiento y dilatación de la luz vascular que conduce a atrofia cutánea y susceptibilidad a la disbiosis microbiana.
  • Inflamación crónica con alteración de la fagocitosis y la quimiotaxis de las células inmunitarias (macrófagos, monocitos, neutrófilos).

A pesar de que la diabetes se ha asociado con xerosis, es decir, menor hidratación del estrato córneo (capa más superficial de la piel, compuesta por células muertas), hay hallazgos contradictorios. Además, esta sequedad, frecuente en la gente mayor, podría explicarse también por la edad avanzada (ver post: «Emolientes contra el eccema en piernas»). Pero lo que está claro es que la neuropatía periférica provoca sequedad cutánea, pérdida de sudoración y pérdida de la función de barrera de la piel del pie. Además, los efectos acumulativos de la macro y microangiopatía contribuyen a la atrofia cutánea y las anomalías ungueales debidas a la falta crónica de oxígeno.

Todos estos cambios mencionados arriba implican una disfunción de la barrera cutánea y un estado inflamatorio crónico que pueden facilitar el desarrollo de fisuras y la entrada de patógenos y la aparición de infecciones. De hecho, los pacientes diabéticos presentan un riesgo aproximadamente dos veces mayor de padecer infecciones cutáneas y de partes blandas, entre las que se incluyen la celulitis y las úlceras infectadas.

Además, en este contexto, el microbioma cutáneo puede estar alterado en los pacientes diabéticos. Se ha hallado una prevalencia de Staphylococcus aureus y una disminución de Staphylococcus epidermidis en comparación con la piel sana. Ver post: «¿Las bacterias pueden ayudar a cerrar las heridas?» 

¿Las heridas agudas tardan más en cerrar en las personas con diabetes?

Mientras que el pie diabético es un campo de investigación muy activo, hay pocos estudios  sobre la cicatrización de las heridas agudas en pacientes diabéticos. La mayoría son trabajos retrospectivos e incluyen fundamentalmente pacientes con DM tipo II.

A pesar de que con frecuencia se hace referencia a la peor cicatrización de las heridas postquirúrgicas en pacientes diabéticos, esta afirmación no está respaldada por la evidencia científica. Un metaanálisis halló una asociación significativa entre la diabetes y la incidencia de infección de la zona quirúrgica en múltiples tipos de cirugías, independientemente del índice de masa corporal, y esta asociación se mantuvo independientemente de la hiperglucemia perioperatoria. Sin embargo, no se encontró  diferencia en tiempo hasta el cierre completo o la incidencia de cicatrices patológicas entre las heridas postquirúrgicas en personas diabéticas y no diabéticas. De hecho, aunque sería esperable que la acumulación de productos finales de glicación avanzada en la piel de las personas diabéticas alterase la cicatrización y las propiedades mecánicas de las cicatrices, no se ha demostrado que esto tenga un impacto significativo en cualquier tipo de herida.

Por tanto, ante la ausencia de bibliografía sobre el papel de la diabetes en el deterioro de la cicatrización de heridas agudas en general, para explicar la mala evolución y cronificación de muchas heridas en estas personas, esencialmente en los pies, hay que tener en cuenta la implicación de factores como la neuropatía, angiopatía y el autocuidado deficiente.

Como concluye la revisión que hemos resumido en este post, los futuros estudios que se realicen para analizar las diferencias entre la cicatrización de heridas agudas en pacientes diabéticos y no diabéticos deberían ser prospectivos, con muestras grandes, y tener en cuenta el tipo de cirugía, la superficie y el tamaño de la herida, el control glucémico, las comorbilidades del paciente y la edad.

Nuevo documento sobre diagnóstico y tratamiento de heridas de pierna

Estoy feliz por poder presentaros el nuevo documento de la EWMA «Lower Leg Ulcer Diagnosis & Treatment», que está recién salido del horno:)

Un proyecto liderado por la presidenta de la EWMA, mi querida amiga Kirsi Isoherranen, que tiene una capacidad de trabajo ilimitada, escucha siempre de manera activa y hace que todos nos sintamos bien y saquemos lo mejor de nosotros mismos. Gracias, Kirsi, por confiar en mí como co-editora de este documento!

Los puntos fuertes y diferenciadores de este nuevo documento son:

  1. Dedica un capítulo a las heridas agudas en personas mayores tras traumatismos, destacando que sus factores predisponentes incluyen la fragilidad de la piel, la arteriolosclerosis asociada a la edad y el edema multifactorial, especialmente insuficiencia cardíaca descompensada o IVC. Por tanto, se subraya que el control del edema, es decir, la terapia compresiva, es fundamental para evitar la cronificación de cualquier herida aguda en la pierna.
  2. Aporta muchas fotos con las alteraciones cutáneas que van apareciendo progresivamente asociadas a la evolución de la insuficiencia venosa crónica.
  3. En el capítulo dedicado al edema se habla del flebolinfedema, una entidad infradiagnosticada por desconocimiento de los profesionales, pero cada vez más prevalente.
  4. Presenta un cuadro resumen de las úlceras atípicas más frecuentes, con foto de las lesiones y listado de sus características clínicas e histológicas más diferenciadoras.
  5. El capítulo sobre compresión va más allá de la úlcera venosa e insiste en su beneficio ante cualquier úlcera de pierna, desde la valoración inicial, si no hay contraindicación.
  6. Propone una «checklist» a seguir para sistematizar la valoración de una persona con una herida en pierna.
  7. Incluye la perspectiva del paciente como pilar fundamental en la valoración y tratamiento.
  8. Finaliza con una «regla mnemotécnica» con los puntos que no deben faltar en la valoración, ya que son fundamentales en el diagnóstico, tratamiento y necesidad de derivación.

Os invito a leerlo aquí o en este link, en el que lo podéis descargar:)

EWMA_Lower_Leg_Ulcer_Diagnosis_Supp

El mejor amigo de las piernas de los mayores: el sistema de compresión con velcros

En las personas mayores con insuficiencia venosa crónica, especialmente con flebolinfedema, creo que el tipo de terapia compresiva de elección deberían ser los sistemas de compresión autoajustables con cierre tipo velcro. El primer y principal motivo, muy obvio, es que son muy fáciles de poner y retirar, al contrario que las medias de compresión.

Sin embargo, la lista de sus beneficios es larga y no se limita a la insuficiencia venosa. Con este post vas a entender por qué considero que estos sistemas de compresión son tan beneficiosos en las personas mayores.

Vamos a empezar con un pequeño recordatorio de lo que son los dispositivos de compresión autoajustables con cierre tipo velcro, que ya tratamos en su día en el post: “Dispositivos de compresión autoajustables con velcro, ¿por qué nos gustan tanto?”

¿Qué son los dispositivos de compresión autoajustables con cierre tipo velcro?

Como comentamos en esa entrada, son una de las innovaciones más destacables en el campo de la terapia compresiva en los últimos años. Se trata de prendas fabricadas con tejidos de corto estiramiento, que envuelven la pierna y se adaptan a la forma de la extremidad (incluso en piernas con morfología muy alterada), se ajustan en función de la presión que deseemos y se fijan con cierres tipo velcro. Dado que el tejido es de corto estiramiento, al ser colocado en la pierna se comporta con un elevado índice de rigidez estática, por lo que presenta resistencia a los cambios de volumen en la pantorrilla y consigue picos de presión más efectivos durante la contracción muscular que las medias de compresión, cuyo tejido es elástico (ver post: “Venda y vendaje: no es lo mismo”). Al ejercer bajas presiones en reposo, también suele ser mejor tolerado que los tejidos elásticos, especialmente en pacientes con cierto grado de arteriopatía periférica:)

Además de ser un sistema de fácil aplicación y retirada por el propio paciente (o cuidadores y familiares), también permite reajustar la presión ejercida a lo largo del día, recolocando el cierre tipo velcro.

En el mercado están comercializado diferentes modelos. Siempre colocamos una media protectora o tejido tubular sobre la piel antes de aplicar el dispositivo, cuya longitud es del tobillo hasta debajo del hueco poplíteo. Al no cubrir el pie, se evita la presión en las prominencias óseas de los pies con deformaciones, como el hallux valgus, otro motivo por el que son mejor tolerados que las medias de compresión. En pacientes que presenten edema en el pie (normalmente flebolinfedema o, en un pequeño % de casos, porque lo desarrollen durante el uso del dispositivo), utilizaremos una media o calcetín con compresión sólo a ese nivel o, si no es suficiente, añadiremos un sistema de compresión con velcro limitado al pie. 

¿Por qué motivo son beneficiosos estos dispositivos en las personas mayores?

Las características de este sistema que acabamos de exponer nos ayudan a entender el siguiente listado de beneficios a múltiples niveles en las personas mayores:

  1. Su elevado índice de rigidez y la posibilidad de regular la presión ejercida permite su uso en pacientes con arteriopatía moderada e incluso avanzada ya que es bien tolerado y, además, al reducir el edema, mejora la perfusión distal.

2. Su tejido almohadillado protege de potenciales desgarros cutáneos o hematomas profundos disecantes, es decir, previene lesiones por dermatoporosis (o fragilidad cutánea crónica asociada a la edad) secundarias a leves traumatismos. Ver post: «Heridas por dermatoporosis o insuficiencia cutánea crónica»

3. Su efecto antiinflamatorio y antiedema puede prevenir heridas asociadas al aumento de la distancia de difusión (aumento de la distancia entre los vasos y el tejido cutáneo) debido al edema de rápida instauración en la insuficiencia cardíaca descompensada. Por tanto, estos sistemas con cierre tipo velcro son el adyuvante perfecto de los diuréticos en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca:) Ver post: «¿Úlceras en pierna por insuficiencia cardíaca?»

4. Este papel en la reducción de la distancia de difusión en situaciones de instauración aguda de edema en pierna, como la insuficiencia cardíaca descompensada o el flebolinfedema reagudizado, puede prevenir la aparición de úlceras por arterioloesclerosis. Ver post: «¿Úlceras en pierna por insuficiencia cardíaca?»

5. Puede prevenir mareos y caídas, ya que la compresión es parte del tratamiento no farmacológico de la hipotensión ortostática, un problema frecuente a partir de los 65 años, que consiste en un descenso rápido de la tensión arterial al levantarse desde una posición sentada o acostada.

En resumen, estos dispositivos son clave para ayudara controlar el edema multifactorial de las personas mayores  y proteger su piel frágil, con la consiguiente prevención de heridas de pierna. Lo ideal sería que su uso se extendiese entre la gente mayor, ya que favorecen el “envejecimiento exitoso”, que es a lo que todos aspiramos:)

 

 

¿Las bacterias pueden ayudar a cerrar las heridas?

En los últimos años se ha despertado un gran interés por el estudio de las interacciones entre distintas especies microbianas en una herida y entre las especies microbianas y el sistema inmunitario de esa persona.

El microbioma de la piel, debido a su naturaleza dinámica, tiene un papel variable en el microambiente de las heridas. De hecho, su acción es dual, ya que puede tener un efecto perjudicial en la cicatrización de la herida pero, por el contrario, también lo puede favorecer.(1,2,3) Parece que la influencia positiva o negativa del microbioma dependería de la abundancia relativa de algunas especies, y que el papel de los comensales que habitan en la piel depende del contexto. Las alteraciones en el sistema de defensa del huésped y los factores de riesgo predisponentes (por ejemplo, carga bacteriana, edad, respuesta inmunitaria, estado nutricional, enfermedades coexistentes, medicación concomitante) pueden contribuir a la patogenicidad de algunos comensales. Además, variables como la etiología de la herida, su localización y la situación basal de la persona influyen en la constitución dinámica de los comensales cutáneos.(4)

Sabemos que la sobrecarga bacteriana puede estancar el proceso de cicatrización debido a la mayor abundancia de proteasas, especies reactivas de oxígeno y citoquinas proinflamatorias, especialmente si están presentes ciertas especies bacterianas.(5)

Por ejemplo, aunque el S. aureus es una bacteria poco frecuente en la flora cutánea humana, su exceso se asocia con tasas elevadas de infección cutánea y su prevalencia en el lugar de la herida tiene más probabilidades de provocar la cronicidad de la misma. S. aureus secreta varias toxinas que inducen una respuesta proinflamatoria y favorecen la propagación bacteriana al dañar el tejido y aumentar la permeabilidad vascular. Además, esta bacteria puede formar biopelículas (matrices poliméricas) con actividades antifagocíticas, que reducen la difusión de fármacos y anticuerpos, así como la penetración de células inmunitarias. (6)

Se ha demostrado que comensales como S. epidermidis limitan la formación de biopelículas de S. aureus, lo que pone de relieve el papel dinámico del microbioma cutáneo. Además, algunas cepas de S. aureus se asocian a malos resultados de cicatrización e infección, mientras otras refuerzan la respuesta del huésped y la regeneración cutánea.(7) Por otro lado, teniendo en cuenta que las heridas crónicas son más prevalentes en la población mayor, hay que tener en cuenta que la abundancia global de bacterias aumenta con la edad, pero esto no es directamente proporcional, ya que ciertas bacterias se vuelven más dominantes (por ejemplo, Corynebacterium) mientras que otras disminuyen en número (por ejemplo, Cutibacterium y Lactobacillus),lo que también podría tener un impacto en la cicatrización. (7)

Ahora vamos a centrarnos en el efecto “pro-cicatrización” de la microbiota;)

La presencia de bacterias comensales puede modificar el microambiente de la herida para prevenir o resolver la infección bacteriana de la herida y acelerar su cierre. De hecho, cuando se produce una lesión cutánea, las señales procedentes de las bacterias comensales son esenciales para provocar respuestas inmunitarias. La microbiota está implicada en el reclutamiento y la activación de células dendríticas plasmocitoides productoras de interferón (IFN) de tipo I que aceleran el cierre de la herida al desencadenar la respuesta inflamatoria y proteger de las bacterias patógenas. Esta respuesta temprana de reparación de la herida es independiente de las células T,  y está mediada por macrófagos y fibroblastos, que producen los principales factores de crecimiento necesarios para la cicatrización.(8) S. epidermidis se ha visto que está implicado en la cicatrización mediante diferentes vías:

– A través de la señalización TLR-3 (Toll like receptor 3) y mediante la producción de ácido lipoteicoico, puede limitar la inflamación tras la producción de una herida, disminuyendo la liberación de citoquinas proinflamatorias por los queratinocitos, favoreciendo así la transición de la fase de inflamación a la fase de proliferación y, por tanto, promoviendo la cicatrización de la herida. (9)

Estimula al sistema inmunitario adaptativo, incluidas las células T comensales específicas, que no sólo promueven la protección frente a patógenos, sino que también aceleran el cierre de la herida.

Además, los comensales cutáneos, mediante la citoquina inflamatoria IL-1β, estimulan la producción de péptidos antimicrobianos por los queratinocitos, que protegen al huésped de la invasión de otras bacterias y hongos patógenos. De hecho, la reducción de la microbiota o el uso de antibióticos tópicos se ha mostrado que retrasan la cicatrización.(10)

Entre los estudios realizados sobre microbiota en heridas en humanos, destaca un trabajo que caracterizó el microbioma de heridas agudas (quirúrgicas) en 52 pacientes una semana después de cirugía de Mohs, sin signos ni síntomas de infección. Varias especies bacterianas mostraron diferencias significativas en su cantidad en comparación con la piel control no operada del mismo paciente. La bacteria más común en la piel intacta, Cutibacterium acnes, se redujo 5 veces en las heridas. Sorprendentemente, Staphylococcus aureus, una causa frecuente de infecciones cutáneas postoperatorias, se multiplicó por 6,4 en las heridas clínicamente no infectadas, lo que apoya que la presencia de bacterias patógenas en una herida no es sinónimo de infección. Por último, las bacterias del género Corynebacterium fueron el organismo dominante en las heridas postoperatorias, constituyendo el 37% del microbioma de la herida.(11)

Aunque el tratamiento de las heridas suele basarse en el principio de reducir la carga bacteriana para prevenir las infecciones, el uso indiscriminado de antibióticos tanto tópicos como sistémicos produce resistencias, lo que contribuye a la presión de selección genética para la aparición de infecciones bacterianas multirresistentes y también podría seleccionar tipos de bacterias formadoras de biopelículas que son estructuralmente resistentes a los tratamientos con antibióticos. Además, la simple reducción de la carga bacteriana mediante tratamientos antimicrobianos puede reducir las bacterias beneficiosas, por lo que es importante considerar estrategias alternativas. Las intervenciones dirigidas a restaurar un microbioma equilibrado manteniendo una acción comensal de los microorganismos en el lecho de la herida y disminuyendo la colonización de gérmenes patógenos deberían ser beneficiosas para la cicatrización de heridas.

¿Qué experiencia hay con probióticos en la cicatrización?

Te adelanto que más in vitro que in vivo;)

Aunque los postbióticos (péptidos bacterianos) han cobrado interés más recientemente, la mayoría de los estudios in vivo en heridas se centran en los efectos de los probióticos (bacterias vivas).

El problema a la hora de hacer una revisión de lo publicado en la literatura es que existe una marcada heterogeneidad en cuanto al tipo de herida investigada, el tipo y el régimen de dosificación del probiótico utilizado y la falta de variables resultado estandarizadas.(12)

Varios estudios in vitro han demostrado que los probióticos pueden tener diversas acciones beneficiosas sobre las heridas: inhibiendo los patógenos y la formación de biopelículas, reduciendo el riesgo de infección y acelerando la cicatrización de las heridas. Las bacterias productoras de ácido láctico producen péptidos antiinflamatorios que pueden inhibir la liberación de citoquinas proinflamatorias por los macrófagos.(13)

Se han estudiado los efectos de algunos probióticos como Lactobacillus plantarum, Kefir, Lactobacillus fermentum y Saccharomyces cerevisiae en modelos animales con heridas agudas no infectadas, quemaduras y úlceras venosas. (14,15) Los probióticos tópicos que contienen L. plantarum son los más estudiados in vitro. De hecho, las bacteriocinas (péptidos sintetizados por las bacterias que inhiben el crecimiento de otras cepas) producidas por L. plantarum han demostrado su eficacia contra las biopelículas de S. aureus y los patógenos grampositivos. En quemaduras de 2º y 3er grado, los probióticos tópicos con L. plantarum fueron capaces de reducir la carga bacteriana con la misma eficacia que la sulfadiazina argéntica, sin embargo, no se demostró la relación con la cicatrización de heridas.(16)  También hay un estudio con 14 pacientes con úlceras venosas infectadas tratadas con L Plantarum, en las que se halló a los 10 días una disminución de polimorfonucleares y necrosis, así como la reducción de la interleuquina proinflamatoria IL-8.(17)

En resumen, parece que los probióticos actuarían principalmente acortando la fase de inflamación. Los mecanismos de acción por los que los probióticos pueden inducir un efecto antimicrobiano aún no se han dilucidado por completo, pero es probable que sean multifactoriales, con un importante papel de las bacteriocinas.

Mediante ingeniería genética se están diseñando diferentes vehículos para la liberación de los probióticos en las heridas, como el microencapsulado o los hidrogeles.(18) Se han encapsulado microorganismos modificados genéticamente (Lactatus lactis) en hidrogeles, que son polímeros ampliamente utilizados como apósitos en heridas, y se han utilizado en defectos de espesor total en ratas, con una epitelización significativamente más rápida que en el grupo control.(19)

Con respecto al potencial terapéutico de la microbiota  sobre las el biofilm, estudios in vitro han demostrado que, en estas biopelículas, se produce un antagonismo entre las especies patógenas y las comensales y que la adición de probióticos a cultivos de bacterias patógenas puede inhibir la formación de biopelículas por parte de bacterias y hongos patógenos en aproximadamente un 50%.

Conclusión:

Un microbioma equilibrado, es decir, diversificado, parece ser relevante para la cicatrización óptima de la herida, ya que limita la proliferación de patógenos, reduciendo el riesgo de infección, inflamación prolongada y cronicidad. Aunque la manipulación del microbioma cutáneo en el campo de la cicatrización todavía está poco explorado, los prometedores resultados de estudios in vitro e in vivo, ponen de relieve su interesante potencial. 

Referencias:

  1. Canchy L, Kerob D, Demessant A, Amici JM. Wound healing and microbiome, an unexpected relationship. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2023 Mar;37 Suppl 3:7-15.
  2. Kunimitsu M, Nakagami G, Minematsu T, Koudounas S, Sanada H. An in vivo critically colonised wound model with dysbiotic wound microbiota. Int Wound J. 2023 Mar;20(3):648-658.
  3. Tomic-Canic M, Burgess JL, O’Neill KE, Strbo N, Pastar I. Skin microbiota and its interplay with wound healing. Am J Clin Dermatol. 2020;21(Suppl 1):36–43.
  4. Johnson TR, Gómez BI, McIntyre MK, Dubick MA, Christy RJ, Nicholson SE, et al. The cutaneous microbiome and wounds: new molecular targets to promote wound healing. Int J Mol Sci. 2018;19(9):2699.
  5. Maheswary T, Nurul AA, Fauzi MB. The insights of microbes’ roles in wound healing: a comprehensive review. Pharmaceutics. 2021;13(7):981.
  6. Omar A, Wright JB, Schultz G, Burrell R, Nadworny P. Microbial biofilms and chronic wounds. Microorganisms. 2017;5(1):9.
  7. Smythe P, Wilkinson HN. The Skin Microbiome: Current Landscape and Future Opportunities. Int J Mol Sci. 2023;24(4):3950.
  8.  The commensal skin microbiota triggers type I IFNdependent innate repair responses in injured skin. Nat Immunol. 2020;21(9):1034–45.
  9. Lai Y, di Nardo A, Nakatsuji T, Leichtle A, Yang Y, Cogen AL, et al. Commensal bacteria regulate toll-like receptor 3-dependent inflammation after skin injury. Nat Med. 2009;15(12):1377–82.
  10. Wang G, Sweren E, Liu H, Wier E, Alphonse MP, Chen R, et al. Bacteria induce skin regeneration via IL-1beta signaling. Cell Host Microbe. 2021;29(5):777–91.e6.
  11. Gupta S, Poret AJ, Hashemi D, Eseonu A, Yu SH, D’Gama J, Neel VA, Lieberman TD. Cutaneous Surgical Wounds Have Distinct Microbiomes from Intact Skin. Microbiol Spectr. 2023 Feb 14;11(1):e0330022.11
  12. Knackstedt R, Knackstedt T, Gatherwright J. The role of topical probiotics on wound healing: a review of animal and human studies. Int Wound J. 2020;17(6):1687–94.
  13. Saravanan P, R P, Balachander N, K KRS, S S, S R. Anti-inflammatory and wound healing properties of lactic acid bacteria and its peptides [published online ahead of print, 2023 Feb 13] [published correction appears in Folia Microbiol (Praha). 2023 Feb 28;:]. Folia Microbiol (Praha). 2023;1-17.
  14. Habeebuddin M, Karnati RK, Shiroorkar PN, Nagaraja S, Asdaq SMB, Khalid Anwer M, et al. Topical probiotics: more than a skin deep. Pharmaceutics. 2022;14(3):557.
  15. Bekiaridou A, Karlafti E, Oikonomou IM, Ioannidis A, Papavramidis TS. Probiotics and their effect on surgical wound healing: a systematic review and new insights into the role of nanotechnology. Nutrients. 2021;13(12):4265.
  16. Peral MC, Martinez MA, Valdez JC. Bacteriotherapy with Lactobacillus plantarum in burns. Int Wound J. 2009;6(1):73–81.
  17. Peral MC, Rachid MM, Gobbato NM, Huaman Martinez MA, Valdez JC. Interleukin-8 production by polymorphonuclear leukocytes from patients with chronic infected leg ulcers treated with Lactobacillus plantarum. Clin Microbiol Infect. 2010;16(3):281–6.
  18. Yang Q, Xue N, Ding X, Tsai KH, Hew JJ, Jiang R, Huang R, Cheng X, Ding X, Yee Cheng Y, Chen J, Wang Y. Role of wound microbiome, strategies of microbiota delivery system and clinical management. Adv Drug Deliv Rev. 2023 Jan;192:114671.
  19. Li L, Yang C, Ma B, et al. Hydrogel-Encapsulated Engineered Microbial Consortium as a Photoautotrophic «Living Material» for Promoting Skin Wound Healing. ACS Appl Mater Interfaces. 2023;15(5):6536-6547.

Heridas y demencia

Cada vez vivimos más y, por tanto, hablamos más de heridas asociadas al envejecimiento, centrándonos habitualmente en la fragilidad cutánea, la arterioloesclerosis, la inmovilización o la malnutrición. Sin embargo, poco se habla de la demencia en las personas con heridas, una situación cada vez más frecuente en la consulta, también asociada a la edad, y un factor de riesgo de mala evolución.

¿Cómo afecta la demencia a la cicatrización de las heridas?

La demencia es un síndrome caracterizado por el deterioro gradual de la función cerebral que puede afectar a la memoria, el habla, la cognición, la personalidad, el comportamiento y la movilidad, con repercusión en el funcionamiento personal y social y finalmente dependencia de cuidadores. Esta discapacidad progresiva implica situaciones de riesgo tanto para el desarrollo como la cronificación de las heridas, entre ellas:

  • Menos movimiento, alteraciones de la marcha y dificultad para realizar cambios de posición.
  • Malnutrición y deshidratación.
  • Incontinencia, que produce lesiones asociadas a la humedad.
  • Agitación o inquietud, con movimientos repetidos que pueden implicar, por ejemplo, el roce y presión continuados de talones o codos, o el arrancamiento de apósitos y vendajes.
  • Medicación que produzca somnolencia, con aumento de riesgo de caídas.
  • Falta de comunicación, tanto para expresar sentimientos (dolor, preocupación, deseos) o entender recomendaciones (reposo con las piernas elevadas).

¿Qué está publicado sobre heridas en personas con demencia?

Poco. Una revisión bibliográfica en 2020 concluyó que la demencia es habitualmente un criterio de exclusión en los ensayos clínicos del campo de las heridas y lo que hay descrito es principalmente sobre prevalencia de úlceras por presión y desgarros cutáneos en este tipo de pacientes.2 Sobre claves de manejo en esta población he encontrado nada específico.1

Sobre lo que sí que hay recomendaciones es sobre un tema esencial, que es la comunicación con pacientes con demencia.3 He seleccionado estos consejos para comunicarte con una persona con demencia en la consulta:

  1. Colócate frente a ella, a su mismo nivel y establece contacto visual. Permanece quieto para que pueda centrarse en ti.
  2. Mantén la calma y sé paciente.
  3. Habla lento y claro, con frases cortas y simples, en un tono amable evitando el lenguaje infantil.
  4. Haz preguntas cerradas y dale tiempo para responder y expresarse. Mientras habla, asiente para demostrarle que le estás escuchando.
  5. Evita el lenguaje corporal que dé la impresión de que estás molesto o enfadado, como suspirar o cruzarte de brazos.
  6. Intenta comunicarte de diferentes maneras si la persona parece confusa, incluso con gestos o dibujos.
  7. Presta atención a su lenguaje corporal, ya que puede darte mucha información de cómo se siente.

¿Cuáles serían mis 7 recomendaciones desde mi experiencia con este tipo de pacientes?

Recuerda que el deterioro es muy variable entre las personas con demencia y que tenemos que adaptarnos a las necesidades biopsicosociales individuales, insistiendo en la educación sanitaria de los cuidadores. Teniendo esto en cuenta, aquí van mis recomendaciones:

  1. Rutina de aplicación de emolientes una o dos veces al día para proteger la barrera cutánea ante los posibles traumatismos de repetición.
  2. Uso de sillones reclinables para facilitar el cumplimiento de la recomendación de mantener las piernas elevadas durante el reposo para controlar el edema
  3. Uso de productos barrera de óxido de zinc para prevenir lesiones por humedad asociadas a la incontinencia.
  4. En laceraciones cutáneas, aplicar óxido de zinc en loción y alginato (cubierto con película de poliuretano en tronco y extremidades inferiores, y terapia compresiva adaptada a la persona en piernas) y mantener sin levantar 3 semanas hasta epitelización completa (o cambio previo si arrancamiento, pero siempre evitando en lavado excesivo y la fricción). Ver post: «Mi regla de 3 semanas sin levantar el alginato».
  5. En caso de úlceras en maléolos, utilización de descargas «en herradura» para evitar la presión y la ficción durante el reposo en cama.
  6. En caso de movimientos repetidos con fricción de talones, utilización de taloneras de descarga.
  7. Uso de sistemas de compresión con cierre tipo velcro tanto por su efecto antiedema como protector ante traumatismos. Ver post: «Dispositivos de compresión con velcro: ¿Por qué nos gustan tanto?»

Referencias:

  1. Gunanayagam P, Iliopoulos J, Ahmad M. Considerations in wound care of patients living with dementia. Br J Nurs. 2022;31(20):S32-S40. 
  2. Parker CN, Finlayson KJ, Edwards HE, MacAndrew M. Exploring the prevalence and management of wounds for people with dementia in long-term care. Int Wound J. 2020;17(3):650–659.
  3. https://www.canada.ca/fr/sante-publique/services/maladies/demence/feuille-conseils-comment-communiquer.html

 

¿Corticoide en fomento?

En nuestra consulta de heridas utilizamos a diario corticoide en solución aplicado en fomento. Teniendo en cuenta que siempre que hablo de este tema os surgen muchas dudas (y no hay estudios publicados que os las puedan resolver), me pareció fundamental dedicarle un post tipo «preguntas y respuestas»;)

¿Qué son y por qué utilizamos soluciones acuosas de corticoide?

Una solución acuosa es una formulación que se obtiene al disolver polvo de principio activo (en este caso corticoide) en agua. Al contrario que las cremas o pomadas, no aporta humedad ni oclusividad. Por tanto, la presentación en solución, que tiene efecto secante, es interesante en lesiones inflamatorias exudativas que empeoran con la oclusión. Entre ellas se encuentran lesiones tan frecuentes como lechos con hipergranulación o dermatitis irritativa por humedad en la piel perilesional, incluida la piel periestomal (ver post «6 claves para entender, prevenir y tratar complicaciones en la piel periestomal»).

¿De dónde obtenemos el polvo de corticoide?

Hay ampollas que tienen el polvo sin mezclar con nada, como las de metilprednisolona y otras que lo presentan en una suspensión de 1 o 2 ml (como la betametasona o el acetónido de triamcinolona).

¿Por qué no utilizamos lociones de corticoide ya comercializadas?

Las lociones contienen alcohol entre sus excipientes, que puede ser irritante y generar escozor en este tipo de lesiones.

¿Qué concentración y qué cantidad de corticoide hay que utilizar?

Pues no está estandarizado porque no hay estudios. Pero fíjate en que las ampollas con corticoide en suspensión tienen una alta concentración de corticoide (una ampolla de 1ml puede contener más corticoide que un tubo de crema de 30 g).

Lo ideal es diuir el corticoide en una jeringa de suero fisiológico y decidir la cantidad en función de la extensión de la lesión (en lesiones extensas, diluiremos más el polvo de corticoide para facilitar su aplicación).

Se trata de aplicaciones puntuales, espaciadas en función de la frecuencia de curas, y habitualmente durante un período de tiempo inferior a 2-3 semanas. Para que su uso sea efectivo y limitado en el tiempo, este tratamiento siempre estará asociado al control de los factores desencadenantes de la hipergranulación (ver post «La hipergranulación: cuando el lecho de la herida se activa en exceso») o la dermatitis por humedad.

 

¿Qué es un fomento?

 Es una práctica muy dermatológica:) Consiste en empapar una gasa o compresa con esa solución acuosa y aplicarla sobre las lesiones durante aproximadamente 10 min. El contacto prolongado en el tiempo de esta compresa sobre la piel facilita la penetración y, por tanto, acción del principio activo (corticoide en este caso), mientras el agua se evapora con efecto astringente. Te recomiendo este post sobre «Fomentos astringentes y antisépticos en heridas y piel perilesional»

¿Debemos evitar estos fomentos en lechos con sobrecarga bacteriana por riesgo de infección?

Al contrario de lo que muchos podríais pensar, como consecuencia del efecto antiinflamatorio y secante de los fomentos de corticoide en lechos con hipergranulación y biopelícula, en la consulta objetivamos una reducción de la sobrecarga bacteriana.

La conclusión de este post, que como podéis comprobar no tiene referencias, es que se trata de una línea de investigación potencialmente muy interesante;)

Heridología: mi nuevo libro

El 13 de diciembre presenté mi libro «Heridología» en la emblemática Aula Cajal del ICOMEM. Fue un acto muy emotivo por todo el cariño e ilusión de los participantes y asistentes. La maestra de ceremonia fue mi admirada Esther Gómez, profesora y divulgadora conocida en redes sociales como @mienfermerafavorita. De la introducción se encargaron José Antonio Valero y Pablo de la Cueva, para dar paso a las intervenciones de mis compañeras y amigas Nuria de Argila, Celia Horcajada, Alicia Peral y Nuria Conde.

En resumen, un acto precioso:)

Heridología nace como una edición modificada y ampliada del libro “El arte de curar las heridas”. Este último se creó  en 2020 como herramienta práctica sobre el cuidado de las heridas para los profesionales de centros para personas en situación de dependencia, principalmente residencias de mayores. La elaboración y publicación de este primer manual fue posible gracias a haber sido el proyecto ganador de la 6a edición de “Dermatólogos desde el corazón”, patrocinado por La Roche Posay. Esta iniciativa solidaria facilitó que se pudiesen regalar 10.000 libros por toda España:)

Entre las novedades que aporta Heridología subrayaría los capítulos de perlas terapéuticas y de casos clínicos, ambos con una orientación eminentemente práctica y en los que comparto muchas opiniones personales.

La mayoría de los contenidos han sido extraídos de mi blog, por lo que podéis ampliar información y referencias aquí:)

¿Por qué lo he titulado Heridología? Porque si en el título del primer libro quise destacar que el cuidado de las heridas es un arte, en este decidí subrayar que también se trata de una ciencia. Además, es fundamental hablar de Heridología porque nuestra sociedad necesita cada vez más heridólogos.

Si te interesa, está disponible en Amazon (España y LatAm)

¡Mis mejores deseos para 2023! Besos