Seguro que alguna vez se os ha pasado esta pregunta por la cabeza… En este post vamos a ver por qué los veterinarios no tienen que tratar nunca úlceras venosas, ni tampoco otros signos de insuficiencia venosa crónica, como eccema de estasis o lipodermatosclerosis;)
La insuficiencia venosa crónica (IVC) se puede considerar una patología exclusiva de los humanos. Esto se debe fundamentalmente a que los humanos somos bípedos, con extremidades largas y a que nuestra piel es elástica (tenemos muchas fibras de elastina en la dermis superficial y profunda). Aquí tenéis un recuerdo de los estadios clínicos de la clasificación CEAP de la enfermedad venosa crónica (que se considera IVC a partir de C3), y aprovecho para recomendaros el post «Corona flebectásica: signo de insuficiencia crónica avanzada», donde explico las novedades en esta clasificación;)
La cuadrupedia es un factor protector de la hipertensión venosa, que es la causa de la úlcera venosa. Pero esto no quiere decir que los animales estén libres de tener varices o al menos venas distendidas e irregulares… De hecho, los caballos y las vacas pueden tenerlas… Entonces, ¿por qué no desarrollan cambios cutáneos por estasis y úlceras venosas? Porque su piel de las patas es gruesa y tiene muchas fibras de colágeno y pocas de elastina (es decir, es un armazón tenso e inelástico). Por tanto su piel aumenta la presión tisular subyacente y actúa como un muro contra el que choca el músculo al contraerse y, consecuentemente, facilita el cierre valvular de las venas, promoviendo el retorno venoso y linfático. Es decir, su piel es un sistema de compresión muy eficiente, ya que funciona como un vendaje con alto índice de rigidez . En el post «Venda y vendaje no es lo mismo» encontrarás la explicación de lo que es la elasticidad de una venda y la rigidez de un vendaje.
El caso de las jirafas es muy interesante. A priori, sin la información que acabo de dar, es fácil pensar que, por su altura y la longitud de sus patas, podrían presentar enfermedad venosa crónica. Sin embargo, a pesar de tener presiones venosas de 250mmHg en los tobillos, no desarrollan varices por las características inelásticas de su piel. Un estudio ha demostrado que en la dermis de las patas de las girafas hay una gran densidad de fibras de colágeno y escasa presencia de elastina (la justa para permitir la movilidad sin que se distienda la piel).1
La observación de las patas de las jirafas inspiró el diseño de los dispositivos de compresión autoajustables con cierre tipo velcro.2
Así que, a pesar de que sea complicado utilizar modelos animales para estudiar la enfermedad venosa crónica, que es exclusiva de humanos, la identificación de los factores preventivos y protectores presentes en los animales tiene clara repercusión en la innovación terapéutica en humanos.
¡Cuánto tenemos que aprender de nuestros amigos los animales!¡Feliz Navidad!
Referencias:
Elena, como siempre genial, eres unica, todo lo que publicas muy interesante, no soy amante de los animales, pero desde luego hay muchas cosas que aprender de ellos.
Feliz navidad y que el2021 sea para todos mucho mejor.
Graciasssssssss millll
Muchas gracias por tu comentario, Antonia:)