El injerto en sello como analgésico en heridas dolorosas

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Cualquier excusa siempre me parece perfecta para hablar de injertos en el blog. Pero esta vez tengo un motivo “científicamente importante” para hacerlo. Acabamos de publicar un artículo sobre el beneficio de esta técnica en heridas dolorosas, y es la serie más larga y con mayor variedad de etiologías publicada hasta el momento. Antes de continuar, me gustaría mencionar la gran labor en la recogida y análisis de datos para este estudio que realizó Yasmin de Farias Khayat, en su momento estudiante de último curso de Medicina en Brasil. Nos acordamos mucho de ti…:)

En el post “Perla terapéutica: injertos en sello en heridas sin un lecho óptimo” , y en otras entradas, ya hablamos del interés de injertar heridas recalcitrantes, a pesar de no tener lechos con condiciones ideales, para disminuir el dolor y promover la cicatrización, gracias a los factores de crecimiento liberados.

El efecto analgésico de los injertos en sello ya se había registrado en dos series de casos. Fourgeaud et al incluyeron a 41 pacientes, con una edad media de 73 años, y principalmente con úlceras venosas, arteriales y de Martorell. El dolor fue evaluado por una escala numérica antes, el día después de la cobertura con injertos y al momento del alta hospitalaria. En la mayoría de los pacientes, el dolor (basal e irruptivo) mostró una mejoría significativa desde el primer día después del procedimiento (75%) y este control del dolor aumentó al 90% el último día en el hospital. También hallaron reducción en el consumo de opiáceos después del procedimiento. Nordström et al presentaron una serie de 22 pacientes con úlceras de pierna y pie diabético, todas con un adecuado tejido de granulación. La puntuación media  registrada con la escala visual analógica (EVA) para dolor fue de 4,2 antes del injerto, en comparación con 0,8 una semana después.

¡Ahora vamos con nuestra serie! A pesar de que tenéis el artículo completo al final del post, voy a hacer un breve resumen:

Realizamos un estudio prospectivo en el que incluimos 136  pacientes, con una edad media de 60 años. Esta es la distribución por etiología de las úlceras:

  • 51 úlceras venosas (38%)
  • 29 úlceras postquirúrgicas (21%)
  • 15 úlceras de Martorell (11%)
  • 15 úlceras postraumáticas (11%)
  • 4 úlceras arteriales (3%)
  • 22 úlceras con otras causas (16%)

Incluimos pacientes con y sin dolor. Medimos la intensidad del dolor, con un escala visual analógica (EVA), antes de la cobertura con injertos en sello (t0) y en las siguientes 3 visitas semanas (t1,t2,t3).  La variable principal fue la reducción del dolor.

Aquí tenéis los principales resultados y conclusiones del estudio:

  1. La reducción del dolor fue clínica y estadísticamente significativa a lo largo del tiempo de registro.
  2. Los pacientes que presentaban úlceras no dolorosas, siguieron sin dolor.
  3. A pesar de que el registro de la intensidad del dolor sólo se realizó antes del procedimiento y durante las siguientes 3 visitas semanales, muchos pacientes referían que su disminución había comenzado poco después del procedimiento, incluso el mismo día.
  4. A diferencia de las series publicadas, muchas de las heridas incluidas en nuestro estudio no presentaban un lecho con condiciones óptimas para su cobertura con injertos. Sin embargo, esto no es un impedimento para que los injertos tengan poder analgésico, ya que no hallamos correlación entre el porcentaje de prendimiento y la reducción del dolor.
  5. El injerto en sello puede ayudar a controlar el dolor de cualquier tipo de herida. A pesar de que su uso más generalizado es en úlceras venosas y úlcera de Martorell, como vemos en el estudio, otras heridas como úlceras arteriales, postraumáticas, postquirúrgicas y atípicas (post-vasculitis o pioderma gangrenoso inactivo) también pueden beneficiarse.
  6. A pesar de que las úlceras venosas clásicamente no son consideradas heridas dolorosas, en nuestra serie la mitad de pacientes con úlcera venosa presentaban una puntuación >5 en la EVA para el dolor. En el momento de la primera visita de seguimiento, dos tercios de los pacientes con úlcera venosa habían logrado la supresión completa del dolor.

Acabo con las dos reflexiones con las que finaliza el artículo:

  • ¿Cuáles son las barreras que impiden que la técnica del injerto en sello  se extienda entre los profesionales sanitarios.
  • ¿Cuál es el mecanismo exacto por el que los injertos en sello disminuyen el dolor independientemente del porcentaje de prendimiento?
10.12968@jowc.2020.29.3.194

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