Hace unos días, a través de úlceras.net, leí una reflexión muy interesante en el blog Evidencia y Heridas sobre el cuidado de las heridas quirúrgicas limpias, que no pierde actualidad.
La dermatología es una especialidad en la que realizamos diariamente procesos invasivos (crioterapia, láser, electrocoagulación, biopsias, extirpaciones), con la consiguiente producción de heridas que se consideran limpias. Si analizamos la práctica clínica diaria, el tipo de cura hasta la reepitelización o el cierre de las heridas es muy variable. Las recomendaciones van desde sólo lavado con agua y jabón, clorhexidina o povidona yodada, pomada antibiótica, productos vaselinados, apósitos oclusivos…
Parece que nos da tranquilidad el uso de antisépticos o antibióticos para evitar la sobreinfección de las heridas (Nijhawan, 2013). Muchos profesionales recomiendan el uso de antibiótico tópico ya que su presentación en pomada favorece la cura en ambiente húmedo y beneficiaría la cicatrización. Sin embargo, el uso de estos productos de manera profiláctica no está indicado tras procedimientos invasivos limpios dermatológicos (Levender, 2012).
La incidencia de complicaciones en cirugía dermatológica es muy baja, variando en los estudios de 0,07 al 4,25% (Rogers, 2010; Lee, 2015). La utilización de antisépticos en las curas tras estos procedimientos limpios no representa beneficio y puede ser perjudicial en el proceso de cicatrización por su citotoxicidad (Cho, 1998). Por otro lado, el uso indiscriminado de antibióticos tópicos, además de no haber mostrado un beneficio en la disminución de las tasas de infección, contribuye al desarrollo de resistencias a antibióticos y la aparición de dermatitis de contacto (Gehrig, 2008), con un aumento del coste sanitario.
Los productos tópicos vaselinados representarían una opción de tratamiento segura ya que promueven la cicatrización en ambiente húmedo sin los inconvenientes citados.
Se han realizado diferentes ensayos clínicos y una revisión sistemática con el objetivo de determinar la eficacia de las pomadas antibióticas, en comparación con vaselina, en la prevención la infección de heridas quirúrgicas limpias (Saco, 2014; Lee,2015). Entre los resultados y las conclusiones de estos estudios destaca la recomendación del uso de vaselina, y no de pomadas antibióticas, para la cura de heridas limpias por procedimientos dermatológicos. La aplicación de vaselina no sería necesaria en los casos en los que se usen apósitos oclusivos que mantienen la cura húmeda, ya que no se han encontrado diferencias estadísticamente significativas sobre el riesgo de infección y resultado final entre añadir o no pomadas (vaselina sola o con antibiótico) bajo los mismos (Dixon, 2006). Sin embargo, el uso de apósitos oclusivos implica un mayor gasto que el uso de pomada y un apósito adhesivo con gasa, y no se ha demostrado beneficio significativo de su uso en este tipo de heridas (Ubbink, 2008).
¿Qué es lo qué recomiendas tú? ¿Cuál es tu experiencia?
Referencias:
Cho CY1, Lo JS. Dressing the part. Dermatol Clin. 1998 Jan;16(1):25-47.
Muy interesante tema, siempre controversial en cualquier reunión de colegas dermatólogos. En mi experiencia si son heridas pequeñas posteriores a procedimientos limpios, en zonas poco propensas a la contaminación bacteriana y en pacientes sanos sin inmunosupresión ni patologías importantes de base, no les recomiendo nada aparte de los cuidados básicos de no manipularse, evitar piscinas, no aplicarse sustancias, evitar sol, etc. Pero una opción muy interesante puede ser la vaselina (que la he usado en ocasiones en ulceras varicosas de miembros inferiores con buenos resultados). En casos de pctes diabéticos, inmunosuprimidos, o ancianos con procedimientos en zonas como axilas o genitales, sigo recomendando un antibiótico tópico por pocos dias, aunque es cierto que estamos abusando de estos medicamentos tópicos, debemos tratar de usarlos menos.